"Dieta Total"... ¿Cuál es su impacto en la salud?

Estudio de la “dieta total” y su impacto en la salud, incluyendo el riesgo de cáncer.

¿Puede el estudio "dieta total" reducir la incidencia de padecer cáncer?



Últimamente hemos escuchado al menos una vez sobre la "dieta total" y si esta es o no beneficiosa para nuestra salud. Pero antes quisiéramos conocer a que es y a que se refiere.

Pues bien, cuando hablamos de dieta total nos referimos a los estudios realizados que permiten conocer la ingesta de contaminantes y otras sustancias presentes en los alimentos de una personas, esto gracias a un análisis químico y de hábitos de consumo de una población en especifico, esta también analiza los macro y micronutrientes que consume en una dieta típica de una persona. 

En este sentido, la dieta total nos permite conocer de mejor manera:

  • Conocer la ingesta real de contaminantes y otros residuos presentes en los alimentos.
  • Evaluar el estado nutricional en cuanto a la ingesta de nutrientes.
  • Identificar fuentes de riesgo en la dieta y/o riesgos a padecer enfermedades.

Una vez en contexto que es el estudio de la "dieta total", pues surge la siguiente pregunta ¿Afecta lo que comemos o bebemos nuestro riesgo de padecer cáncer? y es justo lo que nos explica en este articulo la Doctora Jill Reedy, directora del programa de la Unidad de Evaluación de factores de riesgo, de la División de Control del Cáncer y Ciencias Demográficas del NCI (National Cancer Institute).


Muchos estudios han preguntado esta cuestión, pero lograr responderla es problemático. Los alimentos y las bebidas, así como los nutrientes y los ingredientes dietéticos que estos contienen, se consumen en conjunto, nunca en forma aislada.

A fin de tener en cuenta este factor y mejorar la calidad de la investigación relacionada con la conexión entre dieta y enfermedades, la comunidad de investigadores está cambiando la manera en que observamos el efecto de la dieta en la salud y en cómo evaluamos la dieta y el riesgo de cáncer. Estamos adoptando un enfoque más integral y estudiando patrones dietéticos frente a alimentos o nutrientes específicos a lo largo de la vida, y estamos creando herramientas que pueden incorporar patrones dietéticos para reflejar este cambio.

En otras palabras, estamos interesados en evaluar el significado para la salud de comer brócoli o una hamburguesa, pero dentro de un contexto más amplio de patrones dietéticos y calidad general de la dieta que incluye lo que comemos, el lugar, tiempo, modo y razón por la que comemos.


Ampliación del enfoque de investigación de la dieta

La investigación de la dieta y el riesgo de cáncer a menudo ha adoptado un planteamiento reduccionista, enfocándose en componentes dietéticos específicos. Sin embargo, ese enfoque presupone que un alimento o nutriente por sí solo, sin tomar en cuenta otros alimentos o nutrientes que lo acompañan, induce un efecto biológico específico que puede fomentar la formación y crecimiento de células cancerosas.

Pero existen limitaciones, y resultados impredecibles, cuando se usa solo este enfoque. Por ejemplo, a finales de la década de 1980, se inició el Estudio para la Prevención del Cáncer con Alfa tocoferol y Beta caroteno cuando algunos estudios hallaron que la dieta con alto contenido de ciertas vitaminas se asociaba a una reducción del riesgo de cáncer de pulmón. Sin embargo, tomar estas vitaminas en forma de píldoras (y no como ingredientes de los alimentos) no redujo la incidencia de cáncer de pulmón en los fumadores, y es posible que haya causado algunos daños.


Estos resultados paradójicos en apariencia, pueden explicarse si reconocemos que el consumo de nutrientes y alimentos está fuertemente conectado, lo que hace difícil examinar las asociaciones entre cualquier tipo determinado de factor dietético y las enfermedades crónicas. Aumentar de forma considerable el consumo de un nutriente tomándolo en forma de complemento puede tener efectos impredecibles, como la reducción de la absorción o de las concentraciones circulantes de otros nutrientes beneficiosos. 

Es también probable que haya efectos de interacción o sinérgicos entre alimentos y nutrientes, de manera tal que la totalidad de la dieta puede tener un efecto acumulativo. Esta puede ser una de las razones por las cuales el estudio de Enfoques Dietéticos para Detener la HipertensiónNotificación de salida

 financiado por los NIH, un estudio clínico que examinó el efecto de cambiar el patrón dietético general en lugar de un único alimento o nutriente, mostró resultados de salud positivos.

Al estudiar la calidad de la dieta total, podemos intentar armar el rompecabezas con todas sus piezas. Podemos estudiar más allá de ciertos alimentos y nutrientes y entender cómo se consumió ese alimento y qué otros problemas pueden existir, como la frecuencia de las comidas y los ritmos circadianos. El NCI ya está financiando investigaciones que estudian estos y otros factores que pueden definir una dieta total.


Cada 5 años, el Departamento de Agricultura de los EE. UU. (USDA) y el NCI colaboran para actualizar una herramienta dietética denominada Healthy Eating Index (HEI). Esta herramienta se usa para evaluar cómo se alinean los patrones dietéticos, o cualquier serie de alimentos en la cadena de suministro, con las más recientes Pautas Dietéticas para los Estadounidenses.

El HEI fue aplicado por investigadores para describir la calidad de la dieta en la población de los Estados Unidos. Se ha usado también para evaluar la calidad de los alimentos que se encuentran en diferentes ambientes: por ejemplo, en un restaurante de comida rápida, en un programa federal de distribución de alimentos, en un banco de alimentos o en la cafetería de una escuela.

Las más recientes Pautas Dietéticas (para 2015–2020) reflejan este cambio de enfoque hacia la dieta total. Por ejemplo, las guías ahora enfatizan un enfoque generalizado de la dieta, como seguir un patrón de dieta saludable durante toda la vida; comer una variedad de alimentos, enfocándose en la cantidad y la densidad de los nutrientes; y limitar los azúcares agregados y las grasas saturadas y reducir el consumo de sodio.

El hecho de que ahora una herramienta como el HEI puede aplicarse a cualquier serie de alimentos en la cadena de suministro es importante porque grandes segmentos de la población no tienen acceso a los alimentos saludables, o no pueden permitírselos. Si evaluamos cómo se alinea una serie de alimentos (por ejemplo, los que provee un banco de alimentos) con pautas dietéticas enfocadas en la dieta total, entonces podremos trabajar con el fin de mejorar esa serie de alimentos para minimizar el riesgo de cáncer y otras afecciones de salud.

En conclusión, ha sido fascinante observar cómo se amplía el campo de investigación sobre dieta y el cáncer, y seguiremos mejorando los métodos para incorporar este nuevo enfoque de tener en cuenta a la dieta total. Nuestra esperanza más grande es que investigaciones como esta puedan guiar mejor las iniciativas para entender cómo lo que comemos afecta nuestra salud y, de esa manera, servir de base para políticas y prácticas que reducen el riesgo y mejoran la salud de todos.

"Estudio de la dieta total y su impacto en la salud, incluyendo el riesgo de cáncer fue publicado originalmente por el Instituto Nacional del Cáncer".



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